¿ El artesano que perdió su pasión ?

En el camino de la vida los pasos a veces se automatizan y olvidamos que es lo que nos mueve por dentro a hacer las cosas.

Luis llevaba más de 20 años trabajando la madera. Creaba muebles con historia, piezas únicas, imperfectas, pero llenas de vida. Cada curva hablaba de su forma de ver el mundo: pausado, artesanal, humano. Pero poco a poco, entre la presión del mercado, los presupuestos ajustados y la competencia que vendía “estilo escandinavo” a precio de hamburguesa, empezó a ceder.

Aceptó pedidos por volumen. Repitió diseños. Aceleró procesos. Y un día se dio cuenta de que sus manos seguían trabajando… pero su alma ya no estaba allí. Miraba sus muebles alineados en el taller y sentía que podían haber salido de cualquier catálogo de una gran superficie.
“Esto ya no soy yo”, susurró una tarde, mientras lijaba un aparador que ni siquiera recordaba haber diseñado con gusto.

El punto de quiebre fue cuando un cliente le devolvió un pedido.
“No es lo que esperaba… parece hecho sin amor”, le dijeron.
Luis no durmió esa noche. Frente a una copa de vino y el olor persistente a barniz, se dijo en voz baja lo que venía evitando hacía años:
“Estoy traicionando lo que me hacía feliz.”

Fue entonces cuando, gracias a un amigo ceramista que le dijo “Tío, tú necesitas terapia... pero con marketing”, llegó a Soy Mi Héroe.
En la primera sesión, aún con desconfianza, preguntó:
“¿Esto va de vender más o de volver a dormir tranquilo?”
Nuestra respuesta fue:
“De las dos cosas. Pero primero, volvamos a encontrarte.”

Empezamos desde dentro. Trabajamos en su historia, en su porqué, en ese fuego que alguna vez lo llevó a pasar noches enteras tallando un cabecero a mano sin saber si alguien lo compraría. Descubrimos que su inspiración venía de su abuelo, un carpintero del norte, que le enseñó que la madera no se domina, se escucha.

Y mientras volvíamos a conectar con eso, le enseñamos a contarlo.
A usar redes sociales para mostrar el proceso, no solo el resultado.
A hablarle a su comunidad, no al algoritmo.
A mirar a cámara sin parecer que estaba siendo extorsionado.

Cuando le hablamos de Go High Level, dudó:
“¿Eso es una marca de sierras o un programa?”
Pero cuando vio que podía gestionar pedidos, enviar presupuestos con estética cuidada, automatizar seguimientos y tener una página de venta con su historia y catálogo en un solo sitio, soltó:
“Vale, esto sí parece hecho a medida.”

Le ayudamos a rediseñar su estrategia desde el alma:
🔨 Recuperó su identidad como artesano contemporáneo.
📱 Automatizó tareas repetitivas y liberó tiempo para crear.
💬 Aprendió a hablar con sus clientes como personas, no como leads.
🧠 Potenció su mentalidad, aprendió a poner precios con dignidad, y a decir que no sin culpa.

Hoy Luis tiene lista de espera. Ha vuelto a firmar sus muebles, no solo físicamente, sino emocionalmente.
Dice:
“Ya no fabrico muebles. Creo hogares. Y esta vez, sin traicionarme.”

Gracias a Soy Mi Héroe, Luis redescubrió que no se trataba de “ser exitoso” a cualquier precio, sino de ser él… pero con una estrategia que sí funcione. Con herramientas como Go High Level, ahora tiene control, claridad y libertad para vivir de su arte sin perder su esencia.

Porque cuando tus piezas tienen alma, tu marca también tiene voz.

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