Ser tu heroína es tomar una decisión

🎙️ Entrevista a "Txitxi" Arantxa Orbegozo — “El arte como convicción, la vida como mural , el deporte y la naturaleza siempre presente”

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Equipo de soy mi heroina

11/27/20256 min read

¿ La zona de confort esta construida de la comodidad y también de nuestros limites y miedos, o no?

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Pregunta: Hola, Txitxi. Para quienes aún no te conocen: ¿Quién eres y qué representa OrbegozoArt?
Txitxi: Hola — soy Arantxa Orbegozo, aunque muchos me conocen como “Txitxi”. OrbegozoArt es mi alma puesta en pinceles, brochas, viajes y pintura. Creo murales, retratos, intervenciones artísticas, y también acompaño a personas a descubrir su creatividad. Para mí, el arte es más que imagen: es identidad, comunidad, memoria, emoción.

Pregunta: ¿Qué te movió a dedicarte al arte, y por qué murales y retratos?
Txitxi: Siempre he tenido un “ojo curioso, mente creativa, espíritu libre y cuerpo juguetón” — esa frase es casi un lema. orbegozoart.com. Hace años me di cuenta de que pintar no era solo un pasatiempo: era una forma de expresar lo que muchas veces no se puede decir con palabras. Los murales me llamaron porque transforman espacios, llevan color a lo cotidiano, y pueden unir a personas y barrios. Los retratos, en cambio, me permiten capturar alma, no solo caras: me gusta conectar con cada persona, escuchar su historia, y plasmar su esencia. orbegozoart.com

Pregunta: Has definido también proyectos comunitarios, como “Murales para la Convivencia” o el sueño del “ArteBus”. ¿Qué significan esos proyectos para ti?
Txitxi: Para mí, el arte no es lujo: es necesidad social. “Murales para la Convivencia” es unir distintos colectivos, edades, historias… para pintar juntos, convivir, dialogar, crear algo común. Es transformación desde lo colectivo. orbegozoart.com El “ArteBus” — mi sueño — es llevar pintura, color y creatividad allá donde muchas veces no llegan los talleres de arte: pueblos pequeños, zonas rurales, barrios olvidados. Que el arte sea accesible, participativo, vital. Que pintar no sea algo de “galerías”, sino de vida real.

Pregunta: También eres “TV Art Coach” según tus redes. ¿Qué significa ser coach de arte para ti?
Txitxi: Significa acompañar: no dar una clase, sino despertar algo dentro de quien pinta. Mucha gente piensa “yo no sé dibujar”, “yo no tengo talento”… y yo creo lo contrario. Con pautas, confianza y libertad, todos podemos expresarnos. Ser coach es mostrar que el arte no es exclusivo, que la creatividad vive en todos. Instagram

Pregunta: ¿Cuál dirías que es tu “superpoder” como artista / creadora?
Txitxi: Mi “superpoder” es convertir simples muros o espacios vacíos en algo que hace sentir a la gente: pertenencia, memoria, esperanza, conexión. Hacer que un barrio se encuentre, que un retrato cuente una vida, que alguien descubra que puede crear. Que el arte sea puente, no barrera.

Pregunta: Hablemos de dificultades: ¿qué retos has tenido que superar para dedicarte al arte de esta manera?
Txitxi: Muchos. A veces el prejuicio de “el arte no da para vivir”, la inestabilidad, la necesidad de asumir encargos personales, la gestión de horarios, materiales, organización, la incertidumbre económica… Pero siempre supe que valía la pena. Porque detrás de cada color, hay corazón. Y cuando veo un mural terminado, un retrato que emociona, una sonrisa de alguien que se siente escuchado… sé que todo el esfuerzo tiene sentido.

Pregunta: ¿Qué mensaje te gustaría dar a quienes te siguen, a quienes creen que “el arte no es para mí”?
Txitxi: Que el arte es de todos. Que no hace falta nacer pintora/o, basta tener ganas, curiosidad y valentía. Que pintar, dibujar, expresarse, crear… es tan natural como respirar. Y que hacerlo puede cambiar no solo tu mundo interior, sino también el de quienes te rodean. Que no esperes “ser perfecto”: espera ser auténtico.

Pregunta: Finalmente: ¿qué buscas ahora? ¿qué sueñas para OrbegozoArt?
Txitxi: Sueño con seguir viajando, pintando, con mi “ArteBus” sobre ruedas, con murales que unan comunidades, con retratos que cuenten historias olvidadas, con talleres que despierten creatividad. Sueño con que OrbegozoArt siga siendo un espacio de libertad, emoción y transformación. Y sobre todo, con que más personas se atrevan a colorear su mundo.

Pregunta: Txitxi, en ti se mezclan muchas vidas: artista, muralista, coach, creadora comunitaria. Pero antes de todo eso, fuiste masajista de la selección española de ciclismo. ¿Cómo empezó esa etapa?
Txitxi: Fue una época preciosa y dura al mismo tiempo. Llegué al ciclismo cuando casi no existían mujeres en estos entornos. Ser masajista de la selección fue una escuela de vida: kilómetros, concentraciones, viajes, cansancio… y una familia sobre ruedas. Conocí a grandes ciclistas, muchas mujeres increíbles que luchaban no solo contra el viento, sino contra prejuicios. Cuando hoy veo cómo se ha normalizado, me emociona. Entonces, ser mujer ciclista era remar contracorriente cada día.

Pregunta: Siempre hablas de aquellas mujeres como “heroínas”. ¿Qué viste en ellas?
Txitxi: Sacrificio. Pasión. Valentía. Renunciaron a hijos durante viajes interminables, trabajos mal pagados, estabilidad… algunas incluso cargaron con lesiones por sobreuso del sillín que hoy serían impensables. Y aun así, seguían. No por medallas, sino por amor al deporte. Hoy siguen siendo una comunidad preciosa: montan juntas, comparten recuerdos, se abrazan en las victorias y se recogen en las derrotas. Eso para mí es hermandad. Eso es ser heroína.

Pregunta: ¿Qué te enseñaron esas mujeres, y qué te llevaste para tu propio camino?
Txitxi: Me enseñaron que la comunidad es fuerza. Que una mujer sola puede mucho, pero un grupo de mujeres unidas puede con todo. Me enseñaron a celebrar lo que somos, a resistir, a reír incluso cuando toca llorar. Me enseñaron que el movimiento —ya sea sobre una bici o con un pincel— es libertad.

Pregunta: Después de esa etapa, te convertiste en coach de ejercicio para mujeres, cuando casi nadie entendía esa figura. ¿Cómo fue ser pionera en eso?
Txitxi: Era rarísimo. Nadie hablaba de “entrenamiento femenino”, ni de ciclos, ni de cuidado integral. Yo veía cuerpos y almas con necesidad de moverse, de expresarse, de sentirse capaces. Vi que muchas mujeres no se atrevían a correr, a escalar, a pedalear, a saltar, a ocupar espacio físico. Y quise acompañarlas. No desde la exigencia, sino desde el respeto. No para que encajaran en un cuerpo, sino para que habitaran el suyo sin miedo.

Pregunta: En tus redes y entrevistas siempre aparece la naturaleza, como si fuese otro personaje en tu historia. ¿Qué lugar ocupa en tu vida?
Txitxi: La naturaleza es mi casa. Crié a mis hijos entre árboles, piedras, montes, ríos… era importante para mí que crecieran libres, sin paredes que limitaran la imaginación. La naturaleza educa en silencio: enseña ritmo, paciencia, conexión. Siempre he sido un alma libre, y creo que esa libertad la aprendí escuchando el viento antes que a cualquier maestro.Creo que soy una india, una persona conectada a la naturaleza, tanto exterior como interior, porque es lo que somos.

Pregunta: ¿Cómo se combinan hoy esas tres etapas tuyas —el ciclismo, el coaching, la naturaleza— con tu arte actual?
Txitxi: Todo está conectado. El ciclismo me dio disciplina, cuerpo y comunidad. El coaching me dio escucha profunda y amor por el proceso. La naturaleza me dio alma. Y el arte me dio una voz que reúne todo eso. Cuando pinto un mural, no estoy solo decorando un espacio: estoy contando historias de mujeres fuertes, de movimiento, de tribu, de raíces. Cuando hago retratos, busco esa chispa interior que todas llevamos. Cuando hago talleres, intento recrear esa energía de equipo que viví en las carreteras con la selección.

Pregunta: ¿Qué sientes cuando te reúnes con esas ciclistas pioneras hoy en día?
Txitxi: Siento orgullo. Siento gratitud. Siento que el tiempo no les ha quitado brillo, al contrario: se lo ha multiplicado. Cuando hablamos de “aquellos tiempos”, nos reímos mucho, lloramos un poco, y celebramos que seguimos pedaleando juntas la vida. Esa comunidad me recuerda quién soy y de dónde vengo.

Pregunta: ¿Cómo te gustaría que te recordaran tus hijos, tus alumnas, las mujeres con las que trabajas y creas?
Txitxi: Como alguien que les dijo: “Sé libre. Vive a tu manera. Muévete, exprésate, pinta tu vida.” Como alguien que no quiso encajar, sino expandirse. Y como alguien que cree profundamente en las mujeres, en su poder, en su instinto y en su capacidad de transformar el mundo con delicadeza y fuerza a la vez.

Pregunta: Para cerrar… si tu vida fuese un mural gigantesco, ¿qué imagen tendría?
Txitxi: Mujeres en movimiento. Bicicletas que no tocan el suelo. Manos llenas de pintura. Niños corriendo entre árboles. Risas. Recuerdos. Cicatrices que cuentan historia. Colores vivos. Y en una esquina, muy pequeña, una frase:
“Yo soy mi heroína, y tú, ¿tomas esta decisión? ”

Gracias y un abrazote

Equipo de soy mi heroina.

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